Hoy me apetece hacer una reflexión acerca de un tema que suele generar bastante controversia: el mundo de la moda.
Como ya comenté en mi publicación de presentación al empezar con este blog, trabajo como modelo de fotografía y pasarela. Creo que por lo general, la mayoría de gente tiene una visión negativa de este mundo. Lo consideran algo superficial, sucio, engañoso, problemático, perverso e incluso en ocasiones machista. Por un lado considero que algo de razón hay en este enfoque. Desgraciadamente dentro de algunos sectores concretos de la moda, o más bien dentro de algunas marcas, agencias o empresas, sí se pueden dar estas condiciones. Este “mundillo” indudablemente tiene una parte oscura, que esconde problemas alimenticios, de autoestima, demasiada autoridad y en cierto modo sumisión. Pero, ¿qué “mundo” no esconde una parte oscura, por así decirlo? Porque no se me ocurre ningún ámbito en el que todo sea armonía y bienestar. Creo que todo está en cómo nosotros lo enfoquemos, y bajo qué ideales actuemos o dejemos de actuar. Desde mi punto de vista, considero la moda arte, una forma de expresión personal e incluso un instrumento de reivindicación si así lo quieres utilizar. Indudablemente hay factores externos que a veces no podemos controlar, pero considero que absolutamente todo en esta vida depende en gran parte de cómo nosotros lo veamos, lo interpretemos, lo “utilicemos”, lo sintamos y lo hagamos nuestro, y que pocas cosas son feas o bonitas, malas o buenas de por sí, todo está en el sentido, interpretación y uso que nosotros luchemos por darle (cosa que no es del todo sencilla ya que choca con perspectivas e intereses de otras personas).
Por ejemplo, yo desde el primer momento tuve claro que nunca me iba a dejar afectar por comentarios o acciones que tuvieran que ver con algo de mi físico, ya fuera en temas de peso o de algún rasgo concreto. Y hasta ahora así lo he cumplido. Obviamente a veces me puedo sentir acomplejada por algo pero dentro de lo normal e igual que absolutamente todo el mundo alguna vez en su vida ha estado “frustrado” con algo de su aspecto físico, pero como digo, todo dentro de lo normal e inevitable que es a veces tener ciertos sentimientos teniendo en cuenta la sociedad en la que vivimos, pero una vez más eres tú mismo el que decide si quiere llevar las riendas del asunto o prefiere dejárselas a otros, está de tu mano que eso influya en ti o no. Algunos podrán pensar que igualmente es un mundo estricto y restrictivo, en el que si no das las medidas no puedes hacer nada por mucho que tengas actitud. Esta opinión está muy equivocada, y quien piense así es porque realmente no ha tenido la oportunidad de saber un poco más acerca de esto. Ahora hay un tipo de modelos que cada vez se están fomentando más, que son las modelos curvy, se trata de chicas que tienen una talla 38 o incluso 40, y que como el propio nombre indica, tienen más curvas. Esto me parece genial ya que la moda debería estar al alcance de todo aquel que lo desee, en el sentido de que en el mundo no sólo hay personas con talla 90-60-90, hay multitud de tallas, ninguna mejor que otra (dentro de lo saludable y razonable, claro) y todos/as deben poder ver modelos y diseños con sus medidas sin que dichas medidas se muestren como algo feo o por debajo de algún canon. Pero al igual que no se debe discriminar las tallas algo más grandes de lo que ahora se percibe como “normal”, tampoco se debe hacerlo con las tallas más pequeñas. Como he dicho antes hay muchísimos tipos y tallas de cuerpos, y muchas veces parece que meterse con alguien que está algo “gordo” o simplemente es algo más ancho es muy cruel, sin embargo no se tiene la misma perspectiva si se critica la delgadez de otra persona. Quiero explicar bien a lo que me refiero para que no haya lugar a confusión: hay muchas modelos que claramente están esqueléticas y restringen sus comidas de una forma antinatural con el fin de obtener el físico que se les pide, y como sabemos, esta situación desencadena la mayoría de veces serios trastornos alimenticios y problemas de autoestima y depresión. Pero otras veces se critica a personas que están delgadas por pura constitución (como es mi caso), y que no tienen ningún tipo de problema a nivel psicológico relacionado con eso, pero en esta sociedad nadie está exento de críticas, además parece que criticar la delgadez para defender “la gordura” (o lo que ahora se entiende por gordo, que muchas veces está muy alejado de la realidad) no está mal, ni puede afectar tanto a esa persona delgada. Pero me pregunto yo; ¿por qué hay que criticar una cosa para defender otra como si criticar esa primera fuera menos dañino que criticar la segunda?, y sobre todo, ¿por qué no defender todos los tipos de cuerpo siempre que sean saludables en vez de criticar a diestro y siniestro?. Para mí la moda no es marcar un canon exacto y restrictivo, e infravalorar a quien se salga de él o alabar a quien tenga la “suerte” de cumplirlo, básicamente porque dicho canon puede ser natural y saludable para una persona que tenga esa constitución pero no para otra que tenga otra constitución distinta y que para lograr esas medidas tenga que someterse a dietas ridículas y excesivo ejercicio, por no hablar del destrozo psicológico que acarrea muchas veces no obtener los resultados deseados o simplemente verse coaccionado a cambiar su “naturaleza” para encajar en un prototipo físico que ha establecido, ¿quién?. En realidad todos nosotros, pero al igual que lo hemos construido somos capaces de cambiarlo, porque como digo, gran parte de lo más importante está en cómo lo enfoque cada uno a nivel individual.
Por otro lado, yo personalmente me tomo esto como un modo de evasión, ya que cuando lo estoy haciendo solo pienso en eso, y lo disfruto, me concentro al máximo y dejo de lado otras preocupaciones que me puedan estar afectando o saturando, ya sean relacionadas con los estudios o con cualquier otro tema. A mí personalmente me cuesta muchísimo evadirme de los problemas y preocupaciones, siempre suelo tener algo en mente y doy demasiadas vueltas a las cosas, además no es raro que esté estresada en muchas ocasiones y me es muy difícil relajarme y desconectar, pero cuando estoy trabajando haciendo esto es casi mágico cómo consigo olvidarme del resto de cosas y disfrutar plenamente de ese momento.
Además no tiene por qué ser algo egoísta, egocéntrico o competitivo, de hecho una vez participé en un desfile solidario, en el que en vez de pagarnos a las modelos ese dinero se recaudaba para donarlo a una ONG para niños de países subdesarrollados, me gustó mucho porque lo disfruté y vino prensa y gente conocida, además para mí lo importante no es el dinero, sino disfrutarlo e intentar ser yo misma, plantando cara si alguien dice algo inapropiado o pretende que sea el prototipo de modelo “tonta” y sumisa que muchos esperan, y sobre todo intentando demostrar que no todo tiene que ser según nos lo pintan o según cree la mayoría, que si te gusta algo y disfrutas con ello, por muy mal visto que esté, muchos rumores que haya, y por mucho que algunos de ellos sean ciertos, tú no tienes por qué someterte a eso, puedes coger las partes que a ti te gusten luchando contra aquellas que denigren a la mujer o la conduzcan a estar bajo esos roles destructivos y antinaturales.
Podría hablar de muchos más matices y experiencias personales acerca de este tema, pero creo que lo principal ha quedado ya plasmado. De modo que me gustaría terminar con este poema, que me gusta mucho aunque desconozco su autor:
“La belleza puede ser la gloria
o la ruina de una persona.
Depende de quién la lleve,
de cómo la lleve, de cómo la utilice
o a quién se la regale.”
Y en este caso para mí la palabra “belleza” es como un comodín que se puede sustituir por cualquier cosa, no quiero referirme únicamente a la belleza física en sí, puede ser cualquier cosa que imagines, pero lo que viene a decir (al menos en la interpretación que yo hago) es que, tal y como llevo diciendo a lo largo de todo el texto, todas las cosas de la vida serán de una manera o de otra en gran medida dependiendo de cómo tú mismo las interpretes y las afrontes.
Firmado: Raquel.