Hoy se me ha presentado una situación la cual me ha hecho reflexionar. En la cena, mi padre me ha pedido que vaya con el a visitar el zoo este fin de semana. Yo le he dicho que no quiero ir a esos sitios porque estoy en contra tanto de los zoos, como de los acuarios, los circos o cualquier sitio que viole la libertad de los animales. Y es que, por desgracia, existe, muchísimas situaciones que atacan contra la libertad de los animales, y no solo eso, también juegan con sus vidas desvalorándolas hasta el punto de ponerlas por debajo de objetos sin vida.
Todos contribuimos a este maltrato en mayor o menor medida. La mayoría de nosotros hemos consumido vídeos en Internet donde se ven animales salvajes en las manos adultas, ya sea como mascota, en espectáculos o encerrados. Además de pagar entradas para visitar zoos, safaris, o para comprar en las tiendas de animales.
Todas estas actuaciones son la causa de que sigan existiendo estas instituciones y estas personas que se encargan de destrozar la vida de otros solo por su propia satisfacción.
Muchos pensareis que animales como los perros o los gatos están domesticados por culpa de la raza humana y también es algo de lo que no estoy de acuerdo y lucho por darles una buena calidad de vida y que tengan espacio suficiente para correr y realizar una vida que no sea estar encerrado en un piso.
Yo, desde mi propia aportación, divulgo mensajes por mis redes sociales que ayuden a hacer ver a las personas que el maltrato animal se intensifica, en cierta manera, con la visualización de dichos vídeos o comprando esas entradas.
Lucho tanto por los derechos de estos animales porque ellos no tienen la capacidad de comunicarse de manera oral, pero si que lo hacen de muchas otras maneras que nosotros no queremos ver. La mirada de un pájaro encerrado en una jaula, los movimientos en circulo de un delfín en una piscina o un caballo que anda cabizbajo después de haber dando treinta vueltas al mismo circuito para hacer feliz a un niño nos muestran lo infelices que son todos y cada uno de sus días.
Luchemos para evitar este horrible maltrato, cada grano de arena cuenta.
Firmado: Paula Sanz Núñez
Gracias Paula, es cierto, somos una civilización insensible, no nos damos cuenta, cerramos nuestros sentidos al sentir de los otros, de humanos, de animales, de todo lo vivo. En fin, ojalá cambiemos
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