Esta semana iba de camino a casa en el tren y, como suelo hacer, estaba mirando el teléfono móvil. En una de las veces que levanté la miraba vi a un señor mayor que miraba por la ventana, y en ese momento me replanteé algo.
Si nos paramos a analizar el porcentaje de tiempo que miramos a las pantallas y el que dedicamos para mirar a la realidad, los datos pueden ser impactantes.
Desde ese momento dejé el teléfono en el bolsillo y me dediqué a mirar por la ventana como ese señor llevaba haciendo todo el tiempo. Durante el trayecto pude ver varios ciervos y conejos que corrían por el campo. Lo que me hizo darme cuenta de la cantidad de detalles que nos estamos perdiendo.
Muchas veces queremos guardar los recuerdos en una cámara de vídeo, pero no nos damos cuenta de los detalles que nos perdemos por estar grabando la escena en vez de vivirla en directo. Lo más irónico de esto, es que esa escena que hemos decidido grabar para recordar siempre la recordaremos viéndola a través de más pantallas.
No espero que todo el mundo piense como yo, porque yo misma, hasta ese día en el tren, no me había dado cuenta de esta situación. Con esto no estoy diciendo que todas las personas estén en la misma situación, pero si que creo que, en mayor o menor medida, nos perdemos detalles por culpa de las pantallas.
Yo no considero que tenga una adicción, pero si me pregunto cuáles habrán sido todos los detalles que me he perdido en la vida real por estar pendiente de una pantalla. ¿Y vosotros?
Firmado: Paula Sanz Núñez.
Hermosa reflexión Paula, también espero mirar más por la ventana
ResponderEliminarMuchas gracias Pilar, la verdad es que es algo que todos deberíamos preguntarnos. ¿cuántos detalles nos hemos perdido?
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